Por Jorge Frías de la RCI *
Cuando se estaciona la camioneta, la comunidad entra en ebullición. Los niños corren, se abrazan, gritan. Los mayores, mas precavidos, se acercan a ver en que pueden ayudar. El encargado se apura a buscar la llave del salón donde será la función. La fiesta está por comenzar. Es que llegó uno de los cinco móviles con que la Dirección de Cine y Espacios Audiovisuales – DCEA del Instituto de Cultura de la Provincia realiza el II Festival de Cine Indígena.
Cuando todo está dispuesto para empezar, Juan Carlos Gómez, referente de la Comunidad Qom de General San Martín, da la bienvenida a los visitantes y a los espectadores de la comunidad. Explica nuevamente lo que ya conversó con ellos a la luz del fuego en cada una de sus casas: están por ver películas de toda Latinoamérica. Películas que reflejan las luchas, las búsquedas y los sueños de los pueblos y comunidades indígenas de otros lugares… pero con los mismo problemas que ellos.
Así es que en medio de la algarabía de los más chicos y el mutismo absoluto de los mayores, se inicia la proyección de los documentales. Cuando suenan las primeras voces, los niños se callan, los mayores se acomodan y todos juntos, en comunidad, aceptan la invitación de entrar al mundo que se les propone en la película.
De regreso al salón, comienzan las conversaciones sobre lo proyectado y las similitudes con sus realidades. Se conversa de la coincidencia de problemas que vieron en el mundo de la película, de la necesidad de organizarse para resolver esos problemas, de lo importante de tener jóvenes que sepan manejar las nuevas tecnologías y de la posibilidad de disponer de los propios medios de comunicación comunitarios a partir de la aprobación de la Nueva Ley de Servicios audiovisuales.
“Vamos a contar nuestra realidad… estamos bien o estamos mal, pero esa es la verdad y es la realidad que estamos viviendo como indígenas y como chaqueños” se dice en la presentación del documental y se coincide en la comunidad.
De pronto la conversación es sólo entre los miembros de la comunidad. Los técnicos ya no participan. No pueden hacerlo. Los mayores y los ancianos discuten y acuerdan sobre la necesidad de organizarse para lograr tener su propio medio de comunicación. Radio o canal de televisión, no importa. Un medio de comunicación que les ayude a fortalecer la comunidad y en el que todos puedan hablar sin que les prohíban hablar en su propio idioma. Mientras, se junta nuevamente el equipo de proyección.
Cuando la camioneta está pronta a partir, la comunidad que parecía sumida solo en la conversación sobre su “propio medio de comunicación” hace silencio y un portavoz en nombre de todos y todas, agradece al equipo del DeCEA.
Se inicia el viaje hacia otra comunidad.
CUATRO DÍAS
El Segundo Festival de Cine de los Pueblos Indígenas en el Chaco se realizó entre el 21 y el 24 de octubre, teniendo como escenario más de 25 comunidades Qom, Wichí y Moqoit de toda la Provincia.
Se realizaron proyecciones de cine de toda Latinoamérica, que reflejan las luchas, las búsquedas y los sueños de las comunidades originarias.
Una muestra itinerante se llevó a cabo a través de cinco unidades de cine móviles con el aporte de instituciones del medio, como Endepa, CEREC y la *Red de Comunicación Indígena (RCI). Cada proyección estuvo acompañada por un referente de la comunidad, quien se encargó de conducir un debate posterior.
Algunas comunidades recibieron además instancias de capacitación: un Taller de Introducción al Video; un Taller sobre Derecho Indígena y un Taller de Radio, entre otras.
Además, concluyendo la etapa de formación del grupo inicialmente conformado en el I Festival, se llevó adelante la segunda parte de un Taller-Laboratorio de Guión, en el que se trabajó sobre las tres historias que serán llevadas a la pantalla íntegramente por jóvenes indígenas, en un hecho sin precedentes en la región.
